¿Qué Rezar?
No es necesaria una tefilá en especial para pedir por tu compañero. Es suficiente pedir a D-OS de todo corazón por la persona que se te asignó, así como por ti mismo.
En esta sección encontrarás algunos rezos extraídos del libro “Segulot y Tefilot”, mismos que te pueden servir de apoyo si deseas una tefilá en especial.
Cabe mencionar que estos rezos están con un formato para pedir por uno mismo, aconsejamos cambiarlo para pedir por la persona que se te asignó.
También notar que Shabat no es un día para hacer pedidos, a menos que sea una situación urgente como los pedidos para refuá shelemá (salud) de algún enfermo.
¡QUE HASHEM ESCUCHE Y REGRESE TODOS NUESTROS REZOS PARA BIEN, AMÉN!
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- Por la Salud
- Por un enfermo
- Para Encontrar Esposa
- Para Encontrar Esposo
- Por la Paz en el Hogar
- Por el Sustento
- Tener Hijos
- Mujer Embarazada
- Marido por su Esposa Embarazada
- Por el Exito de los Hijos
- Cualquier Problema
- Epistola del Ramban
- Emuna y Bitajon
- Agradecimiento a HASHEM
- Perek Shira
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ORACIÓN POR LA SALUD (del Jidá)
Señor del universo, por tu misericordia otórganos vigor, salud y capacidad suficientes, así como fuerza y ánimo en los órganos y articulaciones de nuestro cuerpo para que nos mantengamos firmes en toda situación. Que no nos ocurra ninguna debilidad o dolor. Que estemos alegres, en buen estado y saludables para dedicarnos al servicio a Ti. Sálvanos de todo mal, y prolonga nuestros días con cosas buenas, y nuestros años con cosas agradables. Llena nuestros años y auméntanos largueza de días y años de vida para que te sirvamos, y cobíjanos bajo la sombra de tus alas. Salva a nosotros y a los miembros de nuestra casa de cualquier decreto duro o malo, y haz que tengamos tranquilidad y apacibilidad, que estemos frescos y saturados de lo bueno, para poder dedicarnos al servicio y el temor a Ti.

SEGULOT PARA QUE UN ENFERMO SANE
1. Cuatro cosas desgarran el decreto divino perjudicial para una persona: dar caridad (tzedaká), clamar oración, cambiarse el nombre y modificar el comportamiento. Y hay quienes dicen que también el cambio de lugar. Pero no hay que cambiar el nombre del enfermo sin informarle de ello, a menos que se trate de una emergencia y no sea posible informarle.
2. Si hay alguien enfermo en casa, hay que ir con un erudito de la Torá (talmid jajam) para que él pida misericordia a Dios por el enfermo. Y es recomendable ir con un erudito de la Torá que tenga una Yeshivá, ya que en tal caso él tendrá el mérito del estudio de Torá de mucha gente y su oración será aceptada con amor.
3. Otra segulá para que un enfermo se cure consiste en que se reúnan diez varones adultos y estudien el libro Menorat Hamaor.
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ORACIÓN POR UN ENFERMO (del libro Shaaré Dimá)
Por favor, Rey misericordioso y lleno de gracia, sea tu voluntad que te llenes de misericordia por todos los enfermos de tu pueblo Israel, y en especial por (insertar su nombre y el nombre de su madre), quien se halla postrado en el lecho de enfermo, y cúralo con curación completa, pues Tú, por tu misericordia, eres el que cura las enfermedades de tu pueblo Israel. Que se cumpla en él el versículo que dice: «El Eterno lo fortalecerá en su lecho de enfermo, aunque con su enfermedad hayas trastornado su descanso». Y en aras del mérito de Abraham, apegado a la bondad, de Itzjak, ceñido con fortaleza, de Yaacob, revestido de esplendor, de Moshé, revestido de victoria, y de Aharón, revestido de gloria, cúralo con curación completa y salva su alma de la muerte. Haz que se recupere de su enfermedad y se le restaure su condición original.
Y aunque sabemos que no somos dignos de rezar por nosotros mismos, y con mayor razón por otros, aun así hemos puesto tu misericordia delante de nuestros ojos, ya que Tú eres misericordioso y escuchas la oración de toda boca. Por ello, sintiendo vergüenza venimos a pedir misericordia y gracia a favor de (insertar su nombre y el nombre de su madre), que está enfermo. Por favor, oh Dios, cúralo. Haz que se recupere y fortalécelo, y en virtud del poder de las veintidós letras de la santa Torá que recibimos en el Monte Sinaí, a favor de este enfermo (insertar su nombre y el nombre de su madre), abre las puertas del saneamiento y la curación, las puertas de la salud, las puertas del gozo, las puertas de la libertad, las puertas de la gloria, las puertas del mérito, las puertas de la piedad, las puertas de la dicha, las puertas del bien, las puertas de la salvación, las puertas de la expiación, las puertas de un buen corazón, las puertas del perdón, las puertas de la dulzura, las puertas del apoyo, las puertas de la ayuda, las puertas del rescate, las puertas de la rectitud, las puertas de la independencia, las puertas de la curación completa, las puertas de la alegría y las puertas de la salvación.
Y que sean recordados todos los actos de rectitud que hizo el enfermo (y los miembros de su familia) delante de tu trono de misericordia, a fin de que intercedan por él. No lo abandones en manos de sus enemigos. Hazlo en aras de tu Nombre; hazlo en aras de tu diestra; hazlo en aras de tu Torá; hazlo en aras de tu santidad. Que la expresión de mi boca y la meditación de mi corazón sean aceptables delante de Ti, oh Eterno, mi roca y mi redentor.

SEGULOT PARA QUE UN ENFERMO SANE
1. Cuatro cosas desgarran el decreto divino perjudicial para una persona: dar caridad (tzedaká), clamar oración, cambiarse el nombre y modificar el comportamiento. Y hay quienes dicen que también el cambio de lugar. Pero no hay que cambiar el nombre del enfermo sin informarle de ello, a menos que se trate de una emergencia y no sea posible informarle.
2. Si hay alguien enfermo en casa, hay que ir con un erudito de la Torá (talmid jajam) para que él pida misericordia a Dios por el enfermo. Y es recomendable ir con un erudito de la Torá que tenga una Yeshivá, ya que en tal caso él tendrá el mérito del estudio de Torá de mucha gente y su oración será aceptada con amor.
3. Otra segulá para que un enfermo se cure consiste en que se reúnan diez varones adultos y estudien el libro Menorat Hamaor.
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ORACIÓN PARA ENCONTRAR ESPOSA (extraído del libro Bet Tefilá)
Señor del universo, con tu misericordia formaste tu mundo y creaste al primer hombre y le proporcionaste una ayuda para él, nos consagraste con tus mandamientos y me ordenaste casarme con una mujer y engendrar hijos. Bendito es Aquél que forma al hombre, ya que todo lo creó para su gloria. Sin embargo, mi angustia crece; el miedo y el estremecimiento se apoderan de mí, ya que temo que mis iniquidades y pecados provoquen que destines para mí a una mujer mala, que no es mi pareja y que no es idónea para mí. También temo que otro hombre se adelante y tome a mi pareja, lo que causaría que fuera necesario dejar de lado a un alma por otra.
Por lo tanto, me presento ante Ti con el corazón quebrantado y decaído con el propósito de verter delante de Ti mi oración, oh Padre misericordioso. Sea tu voluntad, Eterno, Dios nuestro y Dios de nuestros ancestros, que te llenes de misericordia hacia mí y me destines a mi pareja, la que es idónea y adecuada para mí desde los seis días de la Creación, para largueza de días y años de vida. Que mi pareja sea una mujer valiosa, temerosa del Eterno e inteligente, que tenga buenas cualidades de carácter y suela llevar a cabo buenas obras. Que no aborte ni sea estéril, y que tampoco tenga defectos físicos, sino que esté completa en todo y tenga éxito en todo, de tal modo que pueda yo dedicarme a la labor sagrada sin contratiempos. Y no me tomes de este mundo antes de que se cumpla mi tiempo, y tampoco me dejes de lado a causa de algún otro hombre en el mundo.
Oh Dios, lleno de misericordia, que restauras a los individuos a casa, misericordioso, que agracia, que protege, que sostiene, que salva, es recto y redime, ayúdame en aras de la gloria de tu Nombre. Hazlo en aras de tu abundante misericordia y en aras de nuestros santos ancestros, Abraham, Itzjak e Israel, tus siervos, así como en aras de Moshé y de Aharón, de Yosef y de David. Hazlo también en aras de todos los hombres justos y devotos, cuyo mérito nos protege y que interceden por nosotros. Hazlo por Ti y no por nosotros, hazlo por tu Nombre, hazlo por tu diestra, hazlo por tu Torá, hazlo por tu santidad. Concédeme gracia y respóndeme, y escucha mi oración, pues Tú escuchas la oración de cualquier boca. Bendito es Aquél que escucha la oración. Que la expresión de mi boca y la meditación de mi corazón sean aceptables delante de Ti, oh Eterno, mi roca y mi redentor.

SEGULÁ PARA HALLAR PAREJA
Si un hombre tiene dificultades para hallar a su pareja, deberá leer el Canto del Mar (Shemot, cap. 15) con concentración. También deberá estudiar todos los días la sección que habla acerca de las ofrendas de los líderes de Israel en el desierto (Bemidbar, cap. 7). También hay que recitar los siguientes salmos: 32, 38, 71 y 124.
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ORACIÓN PARA ENCONTRAR ESPOSO (del Shelá Hakadosh)
Sea tu voluntad, Eterno, Dios mío y Dios de mis ancestros, que por tu abundante misericordia y bondad me hagas encontrar a la pareja idónea para mí en su momento oportuno. Que mi pareja sea idónea para que yo engendre hijos, que sea sabio, grande en Torá y en temor al Cielo, simiente de hombres justos y hombres de verdad y temor al pecado. Hazlo de igual modo que le presentaste su pareja al primer hombre, a Abraham, a Itzjak, a Yaacob y a Moshé, a cada quien de los cuales le proporcionaste su pareja en su momento oportuno. Y que el hombre que me presentes para esposo sea un hombre bueno, cuyos actos sean agradables, que realice buenas obras, sea simpático, inteligente y con temor a Dios, que activamente procure la caridad y sea generoso.
Que no haya en él nada que lo descalifique en ningún sentido, y que no tenga defecto o malformación física. Que no sea iracundo ni colérico, sino humilde y paciente, sano y fuerte. Y que la crueldad de la gente y los pensamientos y las mañas de quienes me odian no me impidan hallar al hombre que es mi pareja idónea. Que la expresión de mi boca y la meditación de mi corazón sean aceptables delante de Ti, oh Eterno, mi roca y mi redentor.

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ORACIÓN DE LA ESPOSA POR SU MARIDO (del libro Hatejinot Vehabakashot)
Sea tu voluntad Eterno, Dios nuestro y Dios de nuestros ancestros, Dios de Abraham, Dios de Itzjak y Dios de Yaacob, que protejas y preserves siempre a mi esposo de todo daño, mal o enfermedad. Concédele una vida buena y larga, una vida de riquezas y honor. Implanta siempre entre nosotros amor y hermandad, armonía y amistad e implanta en nuestros corazones el amor y el temor a Ti, a fin de que cumplamos tu voluntad y te sirvamos con todo el corazón, como buenos judíos, y hagamos actos de caridad y bondad con tu pueblo Israel. Bendice a mi esposo con bendición completa, con abundante vigor y paz, como se declara: “Que el Eterno te bendiga y te preserve; que el Eterno ilumine Su rostro hacia ti y te agracia; que el Eterno eleve su rostro hacia Ti y te conceda paz”. Y también se declara: “El Eterno lo protegerá y le hará vivir, y será venturoso en la tierra”. Amén. Que así sea tu voluntad.

SEGULÁ PARA LA ARMONÍA CONYUGAL
Para tener paz y armonía en casa, todos los días hay que estudiar el salmo 119 (cuyos versículos siguen un orden alfabético en hebreo) las letras que deletrean la frase שלום הבית
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ORACIÓN POR EL SUSTENTO (del libro Shaaré Dimá)
Sea tu voluntad, Eterno, Dios nuestro y Dios de nuestros ancestros, que mi sustento y manutención, así como el de los miembros de mi casa y la todos los de tu pueblo Israel, sea coronado, verificado y justificado por tu mano. Y no me hagas necesitar de la generosidad de los demás ni de sus préstamos, sino sólo de tu mano, llena y abierta, santa y amplia. Que mi trabajo y todos mis asuntos sean para bendición y no para pobreza, para vida y no para muerte. Haz que sea yo digno de que tu Nombre no sea profanado por causa mía, y que sea yo de los que siempre mejoran e influyen para bien a cada ser humano. Llena mi mano con tus bendiciones, y sácianos con tu bien, tal como hiciste a los que salieron de Mitzráim. Pues Tú, oh Eterno, has bendecido y bendices al mundo. Los ojos de todos están puestos en Ti, y Tú les das su sustento en su momento apropiado. Tú abres tu mano y satisfaces el deseo de todo ser vivo. Arroja sobre el Eterno tu fardo, y Él te sustentará. [Dios] no permitirá que tambalee el justo. […] Que mi vida y mi destino se eleven, a fin de que pueda yo servir [a Dios] con el corazón íntegro todos los días de mi vida. Amén.

SEGULÁ PARA EL SUSTENTO
1. En la noche siguiente a Shabat (Motzae Shabat), hay que hacer una comida especial; esta comida se llama Melavé Malká.
2. Otra segulá adicional consiste en decir cada día los trece principios de Fe, y también leer la Iguéret HaRambán, la epístola ética de Najmánides.
3. Cualquier persona que sea cuidadosa en recitar la bendición por el sustento (Bircát Hamazón), siempre obtendrá su sustento de un modo honorable durante toda su vida.
4. Una segulá probada y experimentada para obtener riquezas y éxito consiste en separar el diezmo (maaser) de cualquier ganancia que se obtenga y destinarlo a usos sagrados, como se declara: «Pónganme a prueba en esto (dijo Dios), y (vean) si no les abro los ventanales del cielo». Y nuestros sabios afirmaron: «Da el diezmo (aser) para que te enriquezcas (tit’asher)».
5. Otra segulá para el sustento es decir cada Motzae Shabat (el sábado en la noche, después de Shabat) el versículo de Bereshit 27:28: «Que Dios te otorgue del rocío de los cielos y de las grosuras de la tierra, y abundancia de trigo y mosto». Y lo mejor es que dos personas digan juntas este versículo.
6. Una segulá adicional es decir todos los días el versículo de Bereshit 49:20: «De Asher, sustancioso será su alimento, y él proveerá manjares reales». Hay que decir este versículo diez veces en la mañana y diez veces en la noche.
7. Otra segulá es que cada Motzae Shabat (el sábado por la noche, después de Shabat), la persona cuente alguna anécdota del Baal Shem Tov, de bendita memoria. Esta constituye una segulá muy grande para obtener el sustento.
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ORACIÓN PARA TENER HIJOS (del libro Shaaré Dimá)
Sea tu voluntad, Dios mío y Dios de mis ancestros, [Dios] formador de mundos, justo en todas las generaciones, en aras de tu Nombre grandioso y oculto, [que se deriva] del versículo «el Eterno nos bendecirá, bendecirá a la Casa de Aharón», que me concedas un descendiente varón que sea deseable, idóneo, bueno y hermoso, correcto y aceptable, apto para vivir y perdurar sin iniquidad ni culpa. Concédeme simiente de varón y bendíceme con tu Nombre, así como a [los miembros de] mi casa, y entonces sabré que mi casa está en paz. Imbúyelo de alma, espíritu e intelecto puro, y dótalo de todas las cualidades necesarias para que sea completo y pueda mantenerse con belleza, gracia, bondad y misericordia, salud, entusiasmo, vigor y fuerza. Apiádate de él cuando lo hagas y cuando le formes sus órganos. Forma con perfección su alma, su espíritu, su intelecto, sus entrañas y miembros, y que en ninguno de sus miembros u órganos haya daño, carencia, malformación o enfermedad. Que nunca le falte todo lo bueno durante todos los días de su vida, y que nazca con buen destino y en su momento apropiado, con bendición y éxito. Que viva una vida buena, larga y en paz, tanto en lo espiritual como en lo material, con riqueza, felicidad y honor, en medio de tu pueblo Israel.
Bendíceme a mí y a mi descendencia con todo tipo de cosas que perfeccionen nuestra mente, nuestro intelecto y nuestra comprensión, a fin de que podamos cumplir tu voluntad. Bendíceme con bendiciones del Cielo arriba y con bendiciones del abismo que yace abajo, bendiciones de senos y de matriz. Por favor, oh Eterno, Amo de Legiones, Dios de Israel, que reside entre los Querubines, que tus oídos escuchen la voz de mis súplicas. Atisba sobre mí desde tu morada santa con mirada para bien, y concédeme simiente de varón, imbuido de una alma santa, que se dedique al estudio de la Torá y cumpla los preceptos. Con las bendiciones de tu boca bendícelo, y bendice la casa de tu siervo junto con toda la Casa de Israel para siempre.
Escucha mi oración, oh Eterno, y presta atención a mi clamor. Haz que se cumpla en mí el propósito que tuviste al crear al ser humano en el mundo, ya que para que estuviese habitada la creaste y la formaste. Concédeme simiente de varón, santo y puro, con alma nueva, santa y pura, que proceda de lo más íntimo y esté apegada a las santas almas superiores. Y ustedes, almas santas que ya estuvieron en este mundo, por favor supliquen a Dios para que conceda mi petición para bien, por el mérito de ustedes y por el mérito de que yo deseo tener un hijo diligente, imbuido de Torá y apto para la profecía. Oh Eterno, Dios mío, escucha mi voz y acepta con misericordia y benevolencia mi oración, y no me hagas volver vacío de tu presencia. Concédeme mi petición para bien, y yo lo haré crecer para que siempre tenga temor a Dios, todos los días de su vida, tanto él como sus hijos en medio de Israel. Amén.

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ORACIÓN DE LA MUJER EMBARAZADA (del libro Shaaré Dimá)
Sea tu voluntad, Eterno, Dios mío y Dios de mis ancestros, que aligeres la molestia de mi embarazo y me otorgues fuerza y vigor durante todos los días de mi preñez, para que por ningún motivo se debilite mi fuerza o la fuerza del bebé [que llevo dentro]. Sálvame del decreto que pesa sobre Javá [Eva] y de la maldición que dice: «Multiplicaré tu dolor y tu preñez; con dolor parirás hijos». Que cuando yo dé a luz sea porque ya se haya cumplido el tiempo para parir. Que mis dolores no prevalezcan sobre mí, y que el bebé salga al mundo rápidamente y con facilidad, sin que haya daño alguno, para mí o para él. Que nazca en un momento propicio y con buen destino, para la vida, la armonía y la salud, la gracia y la bondad, la riqueza y el honor. Que en mí se cumpla lo que está escrito: «No habrá mujer que aborte ni estéril en tu tierra; Yo llenaré el número de tus días.» Y que yo y mi esposo criemos [al bebé] para que te sirve y estudie tu santa Torá, así como para una vida buena, para la armonía, la riqueza, la felicidad, el honor y el descanso.
Que ni yo ni el bebé suframos daño alguno, en nuestro cuerpo o en nuestros órganos, en nuestras arterias o en nuestros tendones, en nuestra piel o en nuestra carne, o en cualquier otra parte de nuestra anatomía, interna o externa. Incrementa mi fuerza, mi ánimo y mis huesos, como se declara: «Curación será para tu ombligo, e irrigación para tus huesos». Pues en Ti, oh Eterno, he esperado; Tú responderás, oh Eterno, mi Dios. Y en cuanto a mí, yo me exultaré en el Eterno; me gozaré en el Dios de mi salvación. Acepta, oh Eterno, salvarme; apresúrate, oh Eterno, a ayudarme. Apresúrate, oh Eterno, Dios de mi salvación y sálvame. En tu salvación he esperado, oh Eterno. Escucha, oh Eterno, mi voz que llama; concédeme gracia y respóndeme.
Hazlo en aras de nuestros ancestros santos, y en aras del mérito y la rectitud de ellos; hazlo en aras de la Torá y de las buenas obras de aquellos que yacen en el polvo, que están enterrados aquí y en todo el mundo. Recuerda el amor de ellos y haz que su descendencia viva; sálvala de la muerte y de la pérdida de hijos, así como de cualquier enfermedad o dolencia. Y bendíceme tal como nos prometiste en tu santa Torá por medio de tu siervo Moshé, de tu propia boca, como se declara: «[Dios] te amará, te bendecirá y te incrementará; bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto y tu aceite, el producto de tus reses y las crías de tus ovinos, sobre la tierra que Él juró a tus ancestros que te daría a ti. Bendito serás más que todas las naciones; en ti no habrá varón estéril o mujer estéril, ni en tus animales». Que así me bendigas y me respondas, y que prolongues mis días con dulzura, como se declara: «Te saciaré con largueza de días y te mostraré mi salvación». Amén.

SEGULOT PARA PARTURIENTAS
1. Es tradición entre los jasídicos colocar el libro Noam Elimelej (especialmente la primera edición) bajo la cabeza de la parturienta, para que ello ayude a que la mujer dé a luz con facilidad. Esta es una segulá probada y efectiva en la práctica.
2. Una segulá para la parturienta que tiene dificultades en dar a luz consiste en recitar por ella el Salmo 22 siete veces.
3. Una segulá para la parturienta con dificultades para dar a luz consiste en recitar el Salmo 100. Asimismo, también constituye una segulá apoyar económicamente a eruditos de la Torá con su propio dinero. Esto le ayudará para que dé a luz con facilidad.
4. Cuando la parturienta esté dando a luz, es bueno que su marido recite doce veces el Salmo 20. Cada vez que lo recite debe poner especial concentración en los siguientes nombres sagrados: איא ההד יונ ההי. No hay que recitar este salmo en femenino, sino exactamente como está escrito. Una vez que haya concluido su recitación, deberá decir la siguiente oración:
Sea tu voluntad, Eterno, Dios nuestro y Dios de nuestros ancestros, Dios de Abraham, Dios de Itzjak y Dios de Yaacob, Dios grandioso, poderoso y temible, [Dios que dijo:] «Seré el que Seré», Dios omnipotente, que actúes en aras de tu abundante misericordia y en aras de la santidad de este y de tus Nombres sagrados que están contenidos en él, así como en aras del Nombre sagrado en el que me concentré, que es el Nombre de doce letras.
Y apiadáte de (insertar el nombre de la parturienta y el nombre de su madre), que se halla a punto de dar a luz y grita por los dolores del parto. Dios lleno de misericordia, sácala de la oscuridad hacia la luz, y en virtud del mérito de nuestras matriarcas, Sará, Ribká, Rajel y Leá, apiadáte de ella y recuérdala para bien y considérala para bendición. Pues los ojos de ella están puestos en Ti, como los ojos de una sierva están puestos en la mano de su señora. Anula de ella todos los decretos duros y negativos en aras de (pensar la siguiente frase קרע שטן) y sálvala de cualquier aflicción. Que el niño nazca para una vida buena y para la paz, en un momento bueno y propicio para nosotros y para él, y que después salga la placenta con facilidad. Y que así como escuchaste al que [originalmente] recitó este salmo ante Ti, que así también escuches nuestra oración. Hazlo por tu Nombre; hazlo por tu diestra; hazlo por tu Torá; hazlo por tu santidad. «Que la expresión de mi boca y la meditación de mi corazón sean aceptables delante de Ti, oh Eterno, mi roca y mi redentor».
5. Una segulá para la mujer que tiene dificultades para dar a luz consiste en que la partera (si es mujer recatada, u otra mujer piadosa que suele realizar buenas obras) coloque su mano derecha sobre el vientre de la parturienta y junto con ella recite siete veces, palabra por palabra, el versículo: «Y él es como un novio que sale del palio nupcial, regocijándose como un fuerte para recorrer su camino».
6. Una parturienta necesita que la cuiden y vigilen incluso de día. Por esta razón, no debería permanecer sola en casa. Y si necesita ir sola a un cuarto interno de la casa, es una segulá que tome un cuchillo con ella.
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ORACIÓN DEL MARIDO POR SU ESPOSA EMBARAZADA (del libro Bet Tefilá)
Señor del universo, te agradezco por haberme agraciado al hacer que mi esposa se embarazara. Que el Nombre del Eterno sea bendito y exaltado por encima de toda bendición y alabanza. Y por ello, sea tu voluntad, oh Eterno, Dios nuestro y Dios de nuestros ancestros, que te apiades de todas las mujeres embarazadas de tu pueblo Israel y les aligeres las molestias del embarazo, y cuídalas para que no aborten a sus bebés. Y a las que se hallan en el momento de parir, por tu abundante misericordia sálvalas de cualquier mal, y que den a luz para una vida buena. Y entre todas ellas, que tu misericordia se conmueva por tu sierva, mi esposa (insertar el nombre de la esposa y el nombre de su madre), y aligérale la molestia del embarazo.
Que cuando le toque parir lo haga con facilidad y que el bebé salga al mundo en un momento propicio y con buen destino, tanto para nosotros como para el bebé. Que no ocurra ningún problema médico o defecto físico para la parturienta o para el bebé, y que el bebé esté completo en todos sus órganos y en todos sus sentidos. Promulga sobre él decretos buenos y que su destino sea sano. Que yo me alegre de mi progenie y que mi esposa se goce con el fruto de su vientre, en este mundo y en el mundo venidero. Que nunca nos avergoncemos ni sintamos pena, ya que confiamos en tu santo Nombre, grandioso, poderoso y temible. Dios lleno de misericordia, llénate de misericordia hacia nosotros; sella la boca del Satán y que no acuse a mi esposa en el momento del parto. Y que sobre todos los que se levantan contra nosotros para mal caiga el terror y el miedo; que por la grandeza de tu brazo enmudezcan como la piedra. Haz que prontamente nos llegue tu misericordia, pues nos hemos empobrecido mucho.
Oh misericordioso, actúa hacia nosotros con el atributo de bondad y con el atributo de misericordia, y compórtate con nosotros más allá de lo que marca la ley; no nos emplaces a juicio, y tampoco nos juzgues conforme a nuestros actos. Actúa hacia nosotros con caridad y benevolencia en aras de tu grandioso Nombre, y otórganos una vida larga para servirte. Haz que yo y mi esposa seamos dignos de envejecer juntos en la Tierra Santa, para servirte. Que nos alegremos de nuestra progenie cuando los veamos cumplir tu voluntad. Que alcancemos a completar el mejoramiento del alma, el espíritu y el intelecto superior en esta reencarnación; que seamos dignos de vivir y heredar el bien y la bendición para la vida del mundo venidero, a fin de que mi alma te alabe y no calle; ¡oh Eterno, mi Dios, por siempre te reconoceré! Hazlo en aras de tu abundante misericordia, y en aras de nuestros santos ancestros: Abraham, Itzjak e Israel, tus siervos, en aras de Moshé y de Aharón, Yosef y David, así como en aras de todos los justos cuyo mérito nos protege y que interceden por nosotros. Hazlo por ti y no por nosotros. Que la expresión de mi boca y la meditación de mi corazón sean aceptables delante de Ti, oh Eterno, mi roca y mi redentor.

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ORACIÓN POR EL ÉXITO DE LOS HIJOS (del libro Hatejinot Vehabakashot)
Señor del universo, haznos dignos de que nuestros hijos sean lumbreras en Torá y que sean sanos en sus cuerpos y en sus mentes, poseedores de buenas cualidad morales, estudiosos de la Torá por sí misma. Concédeles una vida larga y buena, y que estén repletos de Torá, de sabiduría y del temor al Cielo. Que sean amados en el Cielo y agradables en la Tierra. Sálvalos del mal de ojo, de la inclinación mala y de cualquier tipo de calamidad. Que tengan sentidos físicos sanos para servirte, y por tu abundante misericordia concédeme el mérito (y a mi esposa) (y a mi esposo) de que colmes el número de nuestros días con largueza de días y de años, con cosas buenas y agradables, amor y armonía, y que seamos dignos de criar a cada uno de nuestros hijos e hijas para la Torá, la Jupá y las buenas obras.
Y dispón para cada uno de nuestros hijos e hijas su pareja idónea, y que ninguno de ellos sea pasado por alto a causa de otros. Bendice la obra de nuestras manos para poderles dar dotes y regalos con generosidad, y haz que podamos cumplir lo que sin promesa nos comprometamos a darles. Haz que los casemos con sus parejas idóneas en su juventud, con tranquilidad, holgura y alegría, y que de ello salgan frutos buenos e hijos justos, meritorios y que concedan méritos a todo Israel.
Que nunca sea profanado tu Nombre grandioso a causa de nosotros o a causa de nuestra descendencia. Cumple para bien todas las peticiones de nuestro corazón, en salud, prosperidad y todo lo bueno. Que a causa de nosotros se engrandezcan la gloria de tu Nombre grandioso y la gloria de tu Torá, así como a causa de toda nuestra descendencia. Amén. Que así sea tu voluntad. Que la expresión de mi boca y la meditación de mi corazón sean aceptables delante de Ti, oh Eterno, mi roca y mi redentor.

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ORACIÓN PARA CUALQUIER PROBLEMA (del libro Shaaré Dimá)
Hay que tomar no menos de ocho monedas y decir Elaha d’Meir aneni, «Dios de Meir, respóndeme». Después decir la siguiente oración:
Señor del universo, me comprometo, sin promesa, entregar la cantidad de (decir la cantidad) para caridad, o un donativo por la cantidad de (decir la cantidad) para la elevación del alma de nuestros ancestros, los patriarcas del mundo, Abraham, Itzjak y Yaacob, así como para la elevación del alma del tanaíta Rabí Meir Baal Hanés y de las almas de todos los demás justos. Sea tu voluntad, Eterno, Dios mío y Dios de mis ancestros, que así como escuchaste sus rezos y súplicas y los salvaste de cualquier tipo de tribulación y peligro, haciendo por ellos milagros y prodigios –tanto ocultos como revelados– y sacándolos de la oscuridad hacia la luz, que así también –por el mérito de ellos– sea éste un momento de misericordia y benevolencia y hagas para mí (insertar el nombre propio y el nombre de la madre) y para todos los miembros de tu pueblo Israel, en cualquier lugar que estén, milagros revelados y ocultos, y nos salves de cualquier tribulación y peligro, desde ahora y para siempre. (Aquí insertar la naturaleza específica del problema que tiene.) Que la expresión de mi boca y la meditación de mi corazón sean aceptables delante de Ti, oh Eterno, mi roca y mi redentor.

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EPÍSTOLA DEL RAMBÁN – אגרת הרמב”ן
Oye hijo mío, la represión de tu padre, y no deseches la enseñanza de tu madre!
Acostumbra siempre a hablar con calma, con toda persona y en toda ocasión, para salvarte de este modo de la cólera, la cual es un mal hábito que induce a la gente al pecado. Así afirmaron nuestros Maestros, de bendita memoria: “Aquel que se encoleriza, todas las especies del infierno lo dominan”, tal como versa: “Aparta de tu corazón la ira, y aleja de tu carne la maldad”, interpretando que la maldad es el infierno, como leemos: “Y al malvado (lo creó) para el día malhadado”.
Y cuando te salves de la ira se manifestará en tu corazón la virtud de la humildad, la mejor de todas las buenas virtudes, como está escrito: “Merced a la humildad, el temor a Dios”. Gracias a la humildad, se revelará en tu corazón la virtud del Temor a Dios, puesto que meditarás siempre de dónde provienes y hacia dónde te diriges, siendo en la vida como un insecto, y más aún después de la muerte; y ante Quien habrás de dar cuenta de todos tus actos? Ante el Rey de la Gloria! Como versa: “He aquí que los Cielos, y los Cielos de los Cielos no te pueden abarcar”, y menos aún a los corazones humanos. Y leemos: ¿no lleno yo los Cielos y la tierra?, dice Dios.
Y cuando reflexiones sobre todo esto, temerás a tu creador, y te cuidarás de los pecados. Ya en posesión de estas virtudes, sabrás estar contento con tu parte. Y cuando te habitúes en la virtud de la humildad, recatándote de toda persona y temiendo de Él y del pecado, entonces merecerás que pose sobre ti la Divina Presencia, el brillo de Su gloria y la vida en el Mundo Venidero.
Y ahora, hijo mío, reflexiona y recapacita; quien se enorgullece en su corazón sobre las demás criaturas, se rebela contra el Reino Celestial, pues se viste con las ropas del Reino Celestial, como está escrito: “El Señor reinó, se vistió con soberbia Majestad”. Además, ¿de qué puede enorgullecerse el corazón humano? ¿Acaso con la riqueza? Dios empobrece y enriquece. ¿Acaso con la conquista de honores? Pertenecen también al Señor, como está escrito: “La riqueza y la gloria de Ti proceden”. Entonces, ¿cómo puede enorgullecerse con la Gloria de su Creador? Y si se enorgulleciera por su sabiduría? “Corta el lenguaje de los elocuentes, y despoja de sentidos a los sabios”. Resulta que todo es igual ante Dios; pues con su ira humilla a los soberbios, y con Su voluntad levanta a los humildes. Por lo tanto, humíllate tú mismo, y Dios te levantará. Por eso expondrá cómo habrás de conducirte en la virtud de la humildad, para guiarte por ella constantemente.
Toda tu conversación será con calma; tu cabeza agachada; tus ojos mirarán hacia abajo, hacia la tierra, y tu corazón hacia arriba; nunca mirarás de frente a los ojos de la persona cuando converses con ella. Considerarás a todas las personas más importantes que tú, si es sabio o rico, le debes respeto, si es pobre, y tú eres más rico o más sabio que él, piensa que tú eres más pecador, y él más inocente que tú, ya que si él peca, lo hace sin intención, y tú lo haces premeditadamente.
Durante tus conversaciones, en todas tus acciones, en todos tus pensamientos, y en todo momento, figúrate en tu corazón como si estuvieras frente a Dios, y Su Divina Presencia reside sobre ti, ya que Su Gloria llena todos los lugares del Universo. Por lo que tu conversación será con temor y temblor, como la del esclavo frente a su patrón. Avergüénzate ante toda persona; si alguien te llama, no le respondas en voz alta, sino con calma, como quien le habla a su maestro.
Sé diligente en estudiar siempre la Torá, con el fin de poder cumplirla. Y cuando te levantes del libro, investiga en lo que estudiaste si hay algo que puedas cumplir. Revisa tus actos de mañana y de noche, y así vivirás todos los días con arrepentimiento y corrección. Durante tus oraciones, aparta de tu corazón todos los asuntos mundanos. Dispone tu corazón frente a Dios, purificando tus pensamientos. Medita cada palabra antes de pronunciarla; del mismo modo condúcete durante todos los días de tu vida, en cualquier asunto y no pecarás. De este modo, tus palabras, acciones y pensamientos serán rectos; tu oración será pura, bien intencionada y gratamente aceptada por el Todopoderoso, Bendito sea, como está escrito: “Dispondrás su corazón, y harás atento su oído”.
Lee esta epístola al menos una vez por semana, para cumplirla y seguir siempre con ella por la senda de Di-os; y así prosperarás en todos tus caminos y merecerás el mundo Venidero reservado para los justos. El día que la leas responderán del Cielo todo lo que tu corazón solicite, por siempre. Amén!
אגרת הרמב”ן
שְׁמַע בְּנִי מוּסַר אָבִיךָ, וְאַל תִּטֹּשׁ תּוֹרַת אִמֶּךָ: תִּתְנַהֵג תָּמִיד לְדַבֵּר כָּל דְּבָרֶיךָ בְּנַחַת, לְכָל אָדָם וּבְכָל עֵת, וּבָזֶה תִּנָּצֵל מִן הַכַּעַס, שֶׁהִיא מִדָּה רָעָה לְהַחֲטִיא בְנֵי אָדָם. וְכֵן אָמְרוּ רַבּוֹתֵינוּ זִכְרוֹנָם לִבְרָכָה, “כָּל הַכּוֹעֵס כָּל מִינֵי גֵּיהִנָּם שׁוֹלְטִין בּוֹ”, שֶׁנֶאֱמַר: הָסֵר כַּעַס מִלִּבֶּךָ, וְהַעֲבֵר רָעָה מִבְּשָׂרֶךָ, וְאֵין רָעָה אֶלָּא גֵהִנָּם, שֶׁנֶּאֱמַר: “וְגַם רָשָׁע לְיוֹם רָעָה”.
וְכַאֲשֶׁר תִּנָּצֵל מִן הַכַּעַס, תַּעֲלֶה עַל לִבְּךָ מִדַּת הָעֲנָוָה שֶׁהִיא מִדָּה טוֹבָה מִכָּל הַמִּדּוֹת טוֹבוֹת, שֶׁנֶאֱמַר: עֵקֶב עֲנָוָה יִרְאַת ה’. וּבַעֲבוּר הָעֲנָוָה, תַּעֲלֶה עַל לִבְּךָ מִדַּת הַיִרְאָה, כִּי תִתֵּן אֶל לִבְּךָ תָּמִיד: מֵאַיִן בָּאתָ, וּלְאַן אַתָּה הוֹלֵךְ, וְשֶׁאַתָּה רִמָּה וְתוֹלֵעָה בְּחַיֶיךָ, וְאַף כִּי בְּמוֹתֶךָ, וְלִפְנֵי מִי אַתָּה עָתִיד לִתֵּן דִּין וְחֶשְׁבּוֹן, לִפְנֵי מֶלֶךְ הַכָּבוֹד, שֶׁנֶאֱמַר: הִנֵּה הַשָּׁמַיִם וּשְׁמֵי הַשָּׁמַיִם לֹא יְכַלְכְּלוּךָ, אַף כִּי לִבּוֹת בְּנֵי אָדָם, וְנֶאֱמַר: הֲלֹא אֶת הַשָּׁמַיִם וְאֶת הָאָרֶץ אֲנִי מָלֵא נְאֻם ה’. וְכַאֲשֶׁר תַּחֲשׁוֹב אֶת כָּל אֵלֶּה, תִּירָא מִבּוֹרַאֲךָ וְתִשָּׁמֵר מִן הַחֵטְא, וּבְמִדּוֹת הָאֵלֶּה תִּהְיֶה שָׂמֵחַ בְּחֶלְקֶךָ. וְכַאֲשֶׁר תִּתְנַהֵג בְּמִדַּת הָעֲנָוָה לְהִתְבּוֹשֵׁשׁ מִכָּל אָדָם וּלְהִתְפַּחֵד מִמֶּנּוּ [-מהשם יתברך] וּמִן הַחֵטְא, אָז תִּשְׁרֶה עָלֶיךָ רוּחַ הַשְּׁכִינָה, וְזִיו כְּבוֹדָהּ, וְחַיֵּי עוֹלָם הַבָּא.
וְעַתָּה בְּנִי דַע וּרְאֵה, כִּי הַמִּתְגָּאֶה בְלִבּוֹ עַל הַבְּרִיוֹת, מוֹרֵד הוּא בְּמַלְכוּת שָׁמַיִם, כִּי מִתְפָּאֵר הוּא בִּלְבוּשׁ מַלְכוּת שָׁמַיִם, שֶׁנֶאֱמַר השם מָלָךְ גֵּאוּת לָבֵשׁ וגו’. וּבַמֶּה יִתְגָּאֶה לֵב הָאָדָם? אִם בְּעֹשֶׁר, ה’ מוֹרִישׁ וּמַעֲשִׁיר, וְאִם בְּכָבוֹד, הֲלֹא לֵאלֹהִים הוּא, שֶׁנֶאֱמַר: וְהָעֹשֶׁר וְהַכָּבוֹד מִלְּפָנֶיךָ. וְאֵיךְ מִתְפָּאֵר בִּכְבוֹד קוֹנוֹ?! וְאִם מִתְפָּאֵר בְּחָכְמָה – “מֵסִיר שָׂפָה לְנֶאֱמָנִים, וְטַעַם זְקֵנִים יִקָּח”: נִמְצָא הַכֹּל שָׁוֶה לִפְנֵי הַמָּקוֹם בָּרוּךְ הוּא, כִּי בְאַפּוֹ מַשְׁפִּיל גֵּאִים, וּבִרְצוֹנוֹ מַגְבִּיהַּ שְׁפָלִים, לָכֵן הַשְׁפִּיל עַצְמְךָ וִינַשַּׂאֲךָ הַמָּקוֹם.
עַל כֵּן אֲפָרֵשׁ לְךָ אֵיךְ תִּתְנַהֵג בְּמִדַּת הָעֲנָוָה לָלֶכֶת בָּהּ תָּמִיד: כָּל דְּבָרֶיךָ יִהְיוּ בְּנַחַת, וְרֹאשְׁךָ כָּפוּף, וְעֵינֶיךָ יַבִּיטוּ לְמַטָּה לָאָרֶץ וְלִבְּךָ לְמַעְלָעה, וְאַל תַּבִּיט בִּפְנֵי אָדָם בְּדַבֶּרְךָ עִמּוֹ, וְכָל אָדָם יִהְיֶה גָּדוֹל מִמְּךָ בְּעֵינֶיךָ, וְאִם חָכָם אוֹ עָשִׁיר הוּא – עָלֶיךָ לְכַבְּדוֹ, וְאִם רָשׁ הוּא, וְאַתָּה עָשִׁיר אוֹ חָכָם מִמֶּנּוּ – חֲשֹׁב בְּלִבְּךָ כִּי אַתָּה חַיָּב מִמֶּנּוּ וְהוּא זַכַּאי מִמְּךָ, שֶׁאִם הוּא חוֹטֵא הוּא שׁוֹגֵג וְאַתָּה מֵזִיד.
בְּכָל דְּבָרֶיךָ וּמַעֲשֶׂיךָ וּמַחְשְׁבוֹתֶיךָ וּבְכָל עֵת, חֲשֹׁב בְּלִבְּךָ כְּאִלּוּ אַתָּה עוֹמֵד לִפְנֵי הַקָּדוֹשׁ בָּרוּךְ הוּא, וּשְׁכִינָתוֹ עָלֶיךָ, כִּי כְּבוֹדוֹ מָלֵא הָעוֹלָם. וּדְבָרֶיךָ יִהְיוּ בְּאֵימָה וּבְיִרְאָה כְּעֶבֶד לִפְנֵי רַבּוֹ, וְתִתְבַּיֵּשׁ מִכָּל אָדָם, וְאִם יִקְרָאֲךָ אִישׁ, אַל תַּעֲנֵהוּ בְקוֹל רָם, רַק בְּנַחַת כְּעוֹמֵד לִפְנֵי רַבּוֹ.
וֶהֱוֵי זָהִיר לִקְרוֹת בַּתּוֹרָה תָּמִיד אֲשֶׁר תּוּכַל לְקַיְּמָהּ. וְכַאֲשֶׁר תָּקוּם מִן הַסֵּפֶר, תְּחַפֵּשׂ בַּאֲשֶׁר לָמַדְּתָּ אִם יֵשׁ בּוֹ דָּבָר אֲשֶׁר תּוּכַל לְקַיְּמוֹ, וּתְפַשְׁפֵּשׁ בְּמַעֲשֶׂיךָ בַּבֹּקֶר וּבָעֶרֶב, וּבָזֶה יִהְיוּ כָּל יָמֶיךָ בִּתְשׁוּבָה.
וְהָסֵר כָּל דִבְרֵי הָעוֹלָם מִלִּבְּךָ בְּעֵת הַתְּפִלָּה, וְהָכֵן לִבְּךָ לִפְנֵי הַמָּקוֹם בָּרוּךְ הוּא, וְטַהֵר רַעְיוֹנֶיךָ, וַחֲשֹׁב הַדִּבּוּר קֹדֶם שֶׁתּוֹצִיאֶנּוּ מִפִּיךָ, וְכֵן תַּעֲשֶׂה כָּל יְמֵי חַיֵּי הֶבְלְךָ בְּכָל דָּבָר וְדָבָר וְלֹא תֶחֱטָא, וּבָזֶה יִהְיוּ דְּבָרֶיךָ וּמַעֲשֶׂיךָ וּמַחְשְׁבוֹתֶיךָ יְשָׁרִים, וּתְפִלָּתְךָ תִהְיֶה זַכָּה וּבָרָה וּנְקִיָּה וּמְכֻוֶּנֶת וּמְקֻבֶּלֶת לִפְנֵי הַמָּקוֹם בָּרוּךְ הוּא, שֶׁנֶאֱמַר: תָּכִין לִבָּם תַּקְשִׁיב אָזְנֶךָ.
תִּקְרָא הָאִגֶּרֶת הַזֹּאת פַּעַם אַחַת בַּשָּׁבוּעַ וְלֹא תִפְחוֹת, לְקַיְּמָהּ וְלָלֶכֶת בָּהּ תָּמִיד אַחַר הַשֵּׁם יִתְבָּרַךְ, לְמַעַן תַּצְלִיחַ בְּכָל דְּרָכֶיךָ וְתִזְכֶּה לָעוֹלָם הַבָּא הַצָּפוּן לַצַּדִּיקִים, וּבְכָל יוֹם שֶׁתִּקְרָאֶנָּה יַעֲנוּךָ מִן הַשָּׁמַיִם כַּאֲשֶׁר יַעֲלֶה עַל לִבְּךָ לִשְׁאוֹל עַד עוֹלָם אָמֵן סֶלָה
TEFILA EMUNÁ Y BITAJÓN – תְּפִלָּה עַל אֱמוּנָה וּבִטָּחוֹן
ORACIÓN SOBRE FE Y CONFIANZA
Padre nuestro que estás en los cielos, sabemos que el fundamento y base del judaísmo es la fe completa, y toda la existencia de tu pueblo Israel, su bienestar y su éxito, radica en su fe pura y en la integridad de la confianza en Tu Nombre grande y santo.
Nuestra obligación es recordar siempre que Tú eres el Creador de todo, el Señor de todo y el que gobierna todo, y Tu supervisión está sobre todo. Nada es imposible para Ti, y nada está oculto ante Tus ojos.
Tú eres quien hace crecer y fortalece a todos, y todo nuestro bienestar y éxito está confiado en Tus manos.
Tú tienes el poder de ayudar y sostener, redimir y salvar, hacer el bien y elevar, proveer y sustentar a todos, y en Tu poder está llenar todas nuestras carencias y todas nuestras peticiones. Sabemos que sin Ti, sin Tu palabra y Tu decreto, no hay ninguna fuerza en el mundo, y no hay capacidad en ninguna carne para beneficiar ni perjudicar, para hacer mal o hacer bien. Tú eres la causa de todas las causas y la razón de todas las razones, el Señor de todas las acciones.
Por eso venimos a derramar conversación y súplica ante Ti, como niños y jóvenes tocamos Tu puerta.
Por favor, Padre misericordioso, ten piedad de nosotros, e implanta en nuestro corazón y en el corazón de todo Tu pueblo la Casa de Israel Tu amor y Tu temor, y haznos dignos de creer con fe completa en Ti, en Tu unidad, en Tu reino y en Tu supervisión particular, en Tu Torá santa e íntegra.
Y dirígenos para que nuestra confianza en Ti sea siempre sobre cualquier asunto, con confianza completa y perfecta, muy fuerte, sin ninguna debilidad ni flaqueza, y que no nos entristezcamos ni nos asustemos en absoluto.
Protégenos y sálvanos de la envidia, el odio y la discordia, y que haya gran alegría por el bienestar y el éxito de cada persona de Israel.
Padre nuestro que estás en los cielos, depositamos en Ti nuestra carga, por favor Tú susténtanos, ayúdanos y búscanos llenos de misericordia, para fortalecer nuestra confianza, apresúrate pronto a recibirnos, y por el mérito de todos los justos, piadosos, íntegros y rectos, que creyeron y confiaron en Ti con todo su corazón y alma. Concédenos gracia y respóndenos para escuchar la oración, y envía bendición y éxito en toda obra de nuestras manos, y prepara nuestro sustento de Tu mano amplia y generosa, y que Tu pueblo la Casa de Israel no necesite uno del otro ni de otro pueblo, y da a cada hombre y mujer su sustento suficiente, y a cada cuerpo lo que le falta, y apresúrate y date prisa en redimirnos, y construye nuestro Templo sagrado y nuestra gloria, y danos nuestra parte en Tu Torá, y allí te serviremos con reverencia como en los días antiguos y como en años pasados.
Que sea Tu voluntad que las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón sean aceptables ante Ti, Hashem, mi Roca y mi Redentor.
תְּפִלָּה עַל אֱמוּנָה וּבִטָּחוֹן
אֲבִינוּ שֶׁבַּשָּׁמַיִם, יְדַעְנוּ כִּי עִקַּר וִיסוֹד הַיְּהוּדוּת הוּא הָאֱמוּנָה הַשְּׁלֵמָה, וְכָל קִיּוּם עַמֵּךְ יִשְׂרָאֵל, טוֹבָתוֹ וְהַצְלָחָתוֹ, הוּא בֶּאֱמוּנָתוֹ הַטְּהוֹרָה וּבְשַׁלְמוּת הַבִּטָּחוֹן בְּשִׁמְךָ הַגָּדוֹל וְהַקָּדוֹשׁ.
חוֹבָתֵנוּ הִיא לְזַכֵּר תָּמִיד כִּי אַתָּה יוֹצֵר הַכֹּל, אֲדוֹן הַכֹּל וּמוֹשֵׁל בַּכֹּל, וְהַשְׁגָּחָתְךָ עַל הַכֹּל, לֹא יִפָּלֵא מִמְּךָ דָּבָר, וְאֵין נִסְתָּר מִנֶּגֶד עֵינֶיךָ.
אַתָּה הַמְּגַדֵּל וּמְחַזֵּק לַכֹּל, וְכָל טוֹבָתֵנוּ וְהַצְלָחָתֵנוּ וְהַיֵינוּ מִסּוּרִים בְּיָדֶיךָ.
אַתָּה בְּכֹחַ עֲזוֹר וְסוֹמֵךְ, גּוֹאֵל וּמוֹשִׁיעַ, מֵיטִיב יוֹמַרְמֵּם, זֶה וּמְפַרְנֵס וּמְכַלְכֵּל לַכֹּל, וּבְכֹחֲךָ לְמַלֵּא כָּל מַחְסוֹרֵנוּ וְכָל מִשְׁאֲלוֹתֵינוּ. יְדַעְנוּ כִּי מִבַּלְעָדֶיךָ מֵאַמֶּרְךָ נִגְרוֹתְךָ אֵין שׁוּם כֹּחַ בָּעוֹלָם, וְאֵין יְכוֹלֶת בְּשׁוּם בָּשָׂר לְהוֹעִיל וּלְהוֹקִיק לְהָרַע וּלְהָטִיב, אַתָּה הוּא עַל כָּל הָעֲלוֹת וְסִבַּת כָּל הַסִּבּוֹת, אֲדוֹן כָּל הַמַּעֲשִׂים.
לָכֵן בָּאנוּ לְשַׁפֵּךְ שִׂיחַ וּתְחִנָּה לְפָנֶיךָ, כְּדֵגֶל וְנַעֲרִים דְּפָקְנוּ דַּלְתֶּךָ.
נָא אָב הָרַחְמָן רַחֵם עָלֵינוּ, וּטְעָט בְּלִבֵּנוּ וּבְלֵבַב כָּל עַמְּךָ בֵּית יִשְׂרָאֵל אַהֲבָתֶךָ וִירִאָתֶךָ, וּתְבָנֵנוּ לְהַאֲמִין בֶּאֱמוּנָה שְׁלֵמָה בְּךָ, בְּאַחְדּוּתְךָ וּבְמַלְכוּתְךָ וּבְהַשְׁגָּחָתְךָ הַפְּרָטִית בְּתּוֹרָתְךָ הַקְּדוֹשָׁה וְהַתְּמִימָה.
וּפְנֵנוּ לִהְיוֹת בְּטוּחֵנוּ בְּךָ תָּמִיד עַל כָּל דָּבָר, בְּפִטָּחוֹן גָּמוּר וְשָׁלֵם, חַזָק מְאוֹד, כִּבְלִי שׁוּם רִפְּיוֹן וְחָלִישָׁה, וְלֹא נִדְאַב וְלֹא נִבָּהֵל כְּלָל.
שֶׁמֵּרֵנוּ וְתַצִּילֵנוּ מִקְּנָאָה, שִׂנְאָה וּמַחֲרִית, וְתִהְיֶה שְׁמַחַת מָאוֹד בְּטוּבַת וְהַצְלָחַת אִישׁ יִשְׂרָאֵל.
אֲבִינוּ שֶׁבַּשָּׁמַיִם, הַשְׁלִיכֵנוּ עָלֶיךָ יְהָבֵנוּ, נָא אַתָּה תְּכַלְכְּלֵנוּ, הָסְצֵנוּ וּבַקְּשֵׁנוּ מְלֵא בְּרַחֲמִים, כְּדֵי תּוּכְלֵינוּ בִּטְחוֹנֵנוּ, רְעִימִיךְ מַהֲרָה לְקַדְּמֵנוּ, וּבִכְנוֹת כָּל הַצְּדִיקִים וְהַחֲסִידִים וְהַתְּמִימִים וְהַיְּשָׁרִים, שֶׁהֶאֱמִינוּ וּבָטְחוּ בְּךָ בְּכָל לְבָם וְנַפְשָׁם. חוֹנֵנוּ וַעֲנֵנוּ לִשְׁמֹעַ הַתְּפִלָּה, וּשְׁלַח בְּרָכָה וְהַצְלָחָה בְּכָל מַעֲשֵׂה יָדֵינוּ, וְהָכֵן פַּרְנָסָתֵנוּ מִיָּדְךָ הָרְחָבָה וְהַמְּלֵאָה, וְלֹא יִצְטָרֵךְ עַמְּךָ בֵּית יִשְׂרָאֵל זֶה לָזֶה וְלֹא לְעַם אַחֵר, וְתֵן לְכָל אִישׁ וְאִישׁ דֵּי פַרְנָסָתוֹ, וּלְכָל גְּוִיָּה וּגְוִיָּה דֵּי מַחְסוֹרָה, וְתִמְהֵר וְתָחִישׁ לְגָאֳלֵנוּ, וְתִבְנֶה בֵּית מִקְדָּשֵׁנוּ וְתִפְאַרְתֵּנוּ, וְתֵן חֶלְקֵנוּ בְּתוֹרָתֶךָ, וְשָׁם נַעֲבָדְךָ בְּיִרְאָה כִּימֵי עוֹלָם וּכְשָׁנִים קַדְמוֹנִיּוֹת.
יְהִי רָצוֹן לְרָצוֹן אִמְרֵי פִי וְהֶגְיוֹן לִבִּי לְפָנֶיךָ ה׳ צוּרִי וְגוֹאֲלִי!
TEFILÁ AGRADECIMIENTO HASHEM
Rey de Reyes, Amo del Universo, ¡GRACIAS! GRACIAS por las miles y millones de veces que me ayudaste, me apoyaste, me salvaste, me alegraste, me curaste, me cuidaste y me animaste. Gracias por estar siempre conmigo. Gracias por darme las fuerzas para hacer buenas acciones y para rezarte.
Gracias por todas las veces que me has ayudado y no supe decir Gracias. Gracias por Tu bondad hacia mí en cada momento de mi vida. Gracias por el aire que respiro. Gracias a Ti Rey de Reyes por las cosas que no tengo y gracias por las cosas que se me hacen difíciles. Gracias porque a veces estoy un poco triste, porque todo lo que haces es para mi bien, aunque no me dé cuenta de eso… En el fondo de mi corazón, sé que todo lo que viene de Ti es lo mejor para mí y fue hecho especialmente para mí con Supervisión particular, como únicamente el Rey de Reyes puede hacerlo. Gracias porque en momentos difíciles, es la única manera que puedo distinguir lo bueno ya que solamente en la oscuridad se puede apreciar la luz. Gracias por la maravillosa vida que me diste. Gracias por cada cosa que tengo por más pequeña que sea, porque todo lo que Tú me das es justo lo que necesito, en el momento que lo necesito y de la forma en la que necesito.
Gracias por siempre escuchar mis plegarias y estar conmigo en cada segundo de mi vida. Creador del Universo, solo te pido perdón desde el fondo de mi corazón si a veces no supe apreciar lo que me diste, ya que muchas veces en lugar de decir gracias, solo me quejé. Yo solo soy polvo de las cenizas y Tú eres todo El Universo. Por favor Hashem, te ruego jamás te alejes de mí. Te amo y no puedo dejar de decir por todo… ¡GRACIAS HASHEM!
Perek Shira













