Yo estaba a punto de divorciarme, de hecho ya estaban los trámites ante el rabino, todo estaba acordado para la separación, como íbamos a quedar con la manutención de nuestro hijo, la mía, todo…
Me había dado por vencida, le contaba a nuestro rabino que decía tehilim, había rezado de todas las maneras que conocía, decía diario el perek shira y no veía nada, por lo que yo pensé que esto era lo que Hashem había decidido.
El rabino que siempre nos ha guiado me dijo has una última cosa, métete a la página de Kol Hamitpalel y pide por shalom bait, yo pensé que puedo perder, perdería más al no in tentar todo, así que me inscribí; claro el cambio no fue a las dos semanas pero después del mes empezaba algo a cambiar, ya no había tantas peleas nos llevábamos mejor y como milagro volvimos hacer un matrimonio y es más hace mucho no estábamos tan bien.
Por eso nunca voy a terminar de estar agradecida con ustedes y más que nada que aprendí a que lo único que necesita Hashem es demostrarnos que si rezamos por nuestros hermanos el oirá nuestras tefilot y que hay que pensar en los demás para que el escuche nuestras peticiones.